Esta vida es igual que un libro, cada página es un día vivido.

viernes, 26 de octubre de 2012

Please stop this pain ~

¿Para qué haces todo esto Victoria? Te das cuenta que vos misma estas saltando a la pileta, una pileta en la que no haces pie, en la que nunca hiciste pie y en la que a los pocos días te comenzas a ahogar nuevamente. ¿Cuándo vas a aprender? ¡NUNCA!
Te gusta que el agua te llegue al cuello, la adrenalina de sentir que te vas a ahogar. Pero tené cuidado, porque no siempre va a haber alguien del otro lado esperándote para tirarte el salvavidas. Un día te vas a encontrar sola y vas a tener que aprender a nadar con todas tus fuerzas para salir de ahí adentro. Y eso te va a doler mucho!

No me entiendo y eso me da bronca, intento mirar hacia mi interior pero no veo más que una nube negra que cubre todo y no me deja ver con claridad. Ese es el problema más grande, que ni yo misma sé lo que me pasa, lo que quiero, lo que siento. Cómo se supone que tome la decisión correcta y que me mantenga firme a ella, si en realidad no sé cual es la decisión que debo tomar.
Y aunque hay días en que parece que veo todo con claridad, en realidad no son más que espejismos que al poco tiempo se desvanecen y vuelvo a estar parada ahí, sola en esa gran sala blanca sin entender.
Creo que intento esconder mi dolor, mi sufrimiento. Pero aunque por un tiempo logro acallarlos tarde o temprano vuelven a salir. Y el dolor que siento es cada vez más grande.

Siento que tengo dos personas en mi interior y que cada una quiere elegir un camino diferente, que a cada rato se contradicen, se pelean y se anulan.Que hay un lado mío que entiende todo, que lo enfrenta, que quiere dejar atrás esta historia, este dolor, alguien que quiere salir adelante y hacerse respetar, alguien con orgullo y dignidad. Una persona con sus convicciones firmes, con la frente en alto, con el corazón seco, que sigue sus principios morales.
Pero a su vez hay otro lado mío, uno vulnerable, débil a sus acciones, frágil, que necesita su afecto, que busca refugio. Alguien que se niega a cerrar este libro, a escribir el punto final. Alguien que no esta dispuesta a olvidar, a borrar los recuerdos, a dejar de amar. Alguien que le teme a la soledad, pero más que temerle a la soledad se teme a sí misma, a la persona que cree que no puede ser si le falta él. Alguien incapaz de valerse por si misma. Alguien que se pone la venda en los ojos cada mañana, que se toma la pastilla del olvido para no recordar esas cosas que le hacen tanto mal, para poder amar y poder extrañar. Alguien que quiere escaparle al pasado, que no se atreve a darse vuelta para mirar hacia atrás. Alguien que escucha nombres y fechas y comienza a temblar, cae el sudor, siente que alguien le estruja el estomago; que cuando lee ciertas cosas su corazón se acelera de tal forma que parece que va a estallar. Que le duele el pecho del dolor. Que le duele la cabeza al pensar en toda esa maldad y falsedad, y que comienza a llorar. Que necesita correr hacia alguien para que le de un abrazo. Que no puede contenerse, que necesita protección.
Y así es como me siento, como una caja que por fuera es de acero y por dentro de cristal. Que parece fuerte y resistente, pero al primer golpe se puede quebrar.

Me siento inestable, cambiante, incomprensible. ¿Qué se supone que tengo que hacer? Que alguien me lo diga por favor. No sé cuanto tiempo más aguante esta locura.
Hay días que me levanto bien, contenta, conforme, completa. Que soy yo y nadie más. Que disfruto de cada instante, de todo lo que hago. Que no lo pienso ni lo extraño. Que siento que tengo todo bajo control.
Hay días que siento que el mundo se me viene abajo, que me ahogo, que no encuentro la salida. Que el dolor me come la vida. Y la única salida sos vos, son tus brazos. Es tu calor, tu beso, tu abrazo y tu mirada. No sé como haces, pero con sólo verte por un rato se alivia mi dolor, mi memoria se borra, no recuerdo nada de lo malo. Y te empiezo a querer de nuevo.
Hay días que todo esta bien, en calma. Que te quiero, que te extraño, que te quiero ver. Días en los que no recuerdo nada, sólo lo bueno. Que sonrío aunque no entiendo.
Pero también hay días de odio, de rencor, de orgullo y de dolor. Esos días en que me quito la venda, que recuerdo todo el mal que me hiciste. Todas las mentiras y los engaños que hacen eco en mis paredes. Que no logro olvidar, ni sacarlo de mis pensamientos. Días en que no quiero verte nunca más, en que te quiero ver muerto, que te deseo lo peor, que te odio, que necesito maltratarte y decirte todo pero de manera agresiva. Días que me hacen muy mal.
Pero como hace una persona para estar bien si en una semana tengo un cóctel con todos esos días, mis estados de ánimo que viajan en una montaña rusa. Que hoy sonrío y mañana lloro, que hoy te quiero y mañana te odio. Así no puedo encontrar un equilibrio, vivir en calma, encontrar mi paz.

¡No aguanto más! Saquenme de esta pesadilla.


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